jueves, 28 de febrero de 2019

Ha fallecido nuestro compañero Raúl Garrido




El pasado 22 de febrero nos enteramos de la noticia más triste en la historia del Club Natación Tizona: había fallecido, después de una larga enfermedad, Raúl Garrido, uno de los socios fundadores y uno de los nadadores y compañeros con más carisma. 

El 17 de mayo de 2017 tuvo la valentía de regresar a la competición para defender los colores de nuestro club. Logró colgarse la medalla de oro en la modalidad de 100 espalda y decíamos entonces lo que subrayamos ahora. Raúl Garrido definía a la perfección los valores que debe poseer un gran deportista y, sobre todo, una gran persona.


El 12 de mayo de 2018 volvía a competir en Valladolid, donde consiguió la medalla de bronce, de nuevo en los 100 espalda.

Como a los amigos se les trata de tú a tú, nos dirigimos ahora a ti, querido Raúl, con nuestros mejores recuerdos y devolviéndote en palabras todo el cariño y el compañerismo que nos regalaste a manos llenas.

Te recordamos, Raúl, cuando llegaste a nuestros entrenos, aquellos que celebrábamos con el Castellae  de diez a doce de la noche en San Amaro. Ibas acompañado de Óscar y, lo primero que nos llamó la atención, fíjate lo que son las cosas, fue el exceso de vello que había en tu cuerpo y tu estado hermosote, un poco pasado de kilos. Nosotros, llenos de prejuicios, nos preguntábamos qué hacías allí, hasta dónde podrías llegar. ¡Qué poco te conocíamos! Porque Óscar y tú fuisteis ganando forma física y, con una fuerza de voluntad fuera de lo normal, fuiste progresando de manera sobresaliente. Todavía no lo sabíamos, pero habías llegado para demostrar que eras más fuerte que ninguno de nosotros.

Fuiste una de las piezas claves del club en su fundación. Necesitados de una decisión, tú fuiste uno de los que dijo: "¡Pues venga, lo fundamos!". Ahí se notaba ya tu espíritu emprendedor carecterístico del que no concibe nunca dar un paso hacia atrás. Estuviste en la junta directiva primero y, después como vocal, siempre estabas al quite de cualquier consulta, siempre con algo interesante que aportar.

Siempre te tuvimos a nuestro lado. Con tu capacidad de escucha, con tu tenacidad y con tu generosidad lograbas sacar lo mejor de cada uno de nosotros. Siempre voluntarioso, siempre conciliador, siempre preocupándote más de los demás que de ti mismo. Incluso cuando estabas en los peores momentos malos, eras tú el que nos regalaba palabras llenas de ánimo. Supiste rodearte de gente maravillosa que ganaba enteros gracias a tu cercanía.

Hay un ejemplo que muchos de nosotros recordamos y que demuestra tu capacidad de enfrentarte a los retos más difíciles. Te empeñaste en aprender a nadar a mariposa y no solo te conformaste con competir los 50 metros para cumplir con el objetivo. Extendiste tu sueño a los 100 y demostrarte tu enorme valía nadando los 200 mariposa. Muchos de los miembros del Tizona, algunos nadando y compitiendo desde niños, todavía no nos hemos atrevido a nadar esta prueba. El 200 mariposa es, para un nadador, el auténtico símbolo de lo que significa el miedo, al que tú supiste enfrentarte y vencer. ¿Recuerdas ese último viraje? ¿Recuerdas ese último largo en las piscinas de El Plantío?  Seguro que sí, con todo el club pendiente de ti, de cada impulso, de cada patada, hasta que conseguiste tu objetivo. Verte tocar la pared es uno de los momentos más emocionantes que hemos vivido contigo. Porque la natación nos ha unido para compartir nuestros logros, para cumplir nuestros sueños y, sobre todo, para crecer como personas. 


Cuando uno llega hasta sus límites para traspasarlos, cuando uno capaz de unir a todos en un objetivo común, se hacen imprescindible dos palabras para definirte: respeto y admiración. 

Y queremos decirte que no has pasado por nuestras vidas: te has quedado en ellas de forma permanente. Nos han unido el agua y, desde ahora, tú eres la luz que nos inspira para llegar —una vez más, siempre— hasta la meta.