Cuatro nadadores del CN Tizona se desplazaron a tierras vizcaínas para disputar la travesía MDKswin, que recorre los 2500 m que separan el puerto de Bermeo de Mundaka.
María Calleja, Antonio Esteban, Sara Fernández y Mari Mar Rodríguez fueron nuestros representantes, que se lanzaron a las frías aguas del Cantábrico vestidos con su neopreno y cargados de ilusión en la prueba.
La prueba, con un total de 385 participantes, tuvo a Sara como 6ª clasificada femenina (28ª en la general), Antonio como 40º clasificado masculino (52º en la general), Mari Mar, 10ª clasificada femenina (65ª en la general) y María, 17ª clasificada femenina (135ª en la general).
Fue una carrera muy rápida (el ganador rebajó su propia marca de 2018 en 39 segundos), la primera chica llegó a más de tres minutos de diferencia de las cinco siguientes...
Según nos cuentan nuestros compañeros, los 2.500 metros, que trazan una preciosa línea recta en Google Maps, se convierten en unos cuantos más por los vericuetos que hay que nadar, a juzgar por las indicaciones de las embarcaciones de apoyo y la estela que dejaban los nadadores que iban en cabeza.
Los seguidores de este blog ya saben que los deportistas de nuestro club no tienen como única meta el reto deportivo. Por esa razón, María y Antonio decidieron, en plena travesía, disfrutar del paisaje y de la bella panorámica. Para ello, decidieron pararse, relajarse, quitarse las gafas, paladear la naturaleza... Ellos nos dicen que si es que eran gafas nuevas, que es que se me mete agua, que si se me ha metido crema en el ojo... (María, de hecho, logró salir en casi todas las fotos de después haciendo guiños a diestro y siniestro).
Tendremos que preguntar a Iker Jiménez por algunos de los grandes misterios de la humanidad y de la inmensidad del mar. ¿Cómo es posible, se pregunta Sara, que durante toda la travesía tuviese siempre algún nadador encima? Los embotellamientos en las zonas de paso de las boyas son otro de esos grandes misterios. El club propondrá a los organizadores para ediciones sucesivas que implanten un sistema análogo al de Madrid Central, que tan buen resultado está dando en la capital.
En cuanto a sensaciones, están repartidas en dos bandos. El de María y Antonio, que no se sintieron bien por los contratiempos surgidos a lo largo de la carrera. Y el de Mari Mar y Sara, que se sintieron bien, aunque magulladas por los golpes recibidos. Que ya sabemos que el agua es muy limpia, pero parece que en las travesías a veces es necesaria la sal para curar las heridas.
Nos vemos obligados a dedicar un cariñoso párrafo a Antonio. Su cara cuando se enteró de que Sara le había sacado casi dos minutos debió de ser un poema (como aquella vez en la Getaria-Zarautz que se quedó sin el gorro negro). Se habla ya de la maldición de los Fernández, ya que Víctor también le sacó una ventajita similar en una travesía anterior.
Pero no hagamos sangre. Como hemos dicho, en este club nadamos, pero NADA es más importante que pasar un rato entre amigos y compañeros, comer, beber alguna caña y relajarse en la plaza para terminar (casi) la temporada.
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